dimarts, 15 de novembre del 2011

Por mucho que ya era noche cerrada, la gran ciudad no duerme. No puedes ver las estrellas. Por mucho que se esforzaba, solo podía contar tres estrellas ¿cómo ver en solo tres estrellas todo lo que ella quería ver? Ella quería ver allí a todos sus seres queridos, sus sueños, sus ideas. Como ver todo lo que la había dejado, una cosa tras otra, y dejándola totalmente sola en aquel lugar que cada día se le hacia más extraño, menos suyo, mas raro. Un lugar en el que cada día desaparecían estrellas en el cielo, para no aparecer nunca más. Ella quería luchar por todo eso, pero, cómo hacerlo en un lugar en el que ni siquiera puedes ver las respuestas en las estrellas? Debía salir de esa ciudad, volver a empezar, en un lugar donde pudiera encontrar todos sus sueños en las estrellas. Un lugar en que fuera posible, en ese lugar si que brillaran las estrellas. Un lugar donde nacían estrellas, y donde cada estrella era un sueño. Ese lugar, es el cielo. Desde el cielo si se ven. Y voló veinticinco pisos.

-Y volar contigo, y sentir el calor, de tus manos en mis alas.  

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